domingo, 18 de marzo de 2012
XXII.
*Me detuve a pensar en lo que ayer no nos dijimos. Deambular en pensamientos se asemeja a nadar mirando al cielo. Tomé por los talones al pensamiento para poder lanzarme a otro, o quizás el pensar haya producido la quietud. Pensar es un camino hacia la tristeza. Será por eso que elegimos no decir. No pensar. Pero me gusta enfrentarme a mí; mi verdugo. A mí y a mis fantasmas. Revolver aunque duela. Juntar los pedacitos de mí y encastrarlos como me permita la vida. Desafiar a mis miedos. A los tuyos.
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