martes, 7 de febrero de 2012
XV.
*Un día pensé en dejarme crecer la inconsciencia para no romperme en pedacitos de vos. Soñé en subir al cuello de un recuerdo para verme caer en cascadas por tus besos. Te imaginé desnuda de mí lanzada ahí. ¿Pero dónde? Los perros de la ausencia vinieron a lamerme la nostalgia la noche de mañana. Muerta la rabia se acabó el poema.
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