Voy a limpiarme
de mí
sacarme la muerte
de los labios.
Vomitaré
metáforas crueles
desde el fondo
de mi ferocidad.
Me sostendré de la
memoria maquillada
y despediré la
puta hipoteca
sobre este muerto
papel en blanco.
Voy a lavarme
los miedos
con los sucios
dedos de la inconciencia.
Acomodaré el
vacío a la izquierda
como si yo fuera
un holograma de mí
y vos, una
repetición de ella.
Voy a lamer la
suela de mis poemas
para ver si
todavía andás por ahí.
Voy a llenarte
de hormigas las venas,
abrazar tu
angustia
y lanzarnos al
otro lado de vos.
Voy a morder el
tumor de la no vida
y escupirlo en
el rostro de aquel Dios de cotillón.
Voy a escribir
un poema.