II.Me enrosco con vos y doy dos vueltas a mi cabeza. La aprieto con las miserias. La ahorco con los errores. La alejo de mí para poder abrazarme a algún recuerdo que amalgame un poco el dolor. Y nada importa si no existe la felicidad. Nada importa si hoy me muero un poquito más. Nadie está imposibilitado de amar. Nadie lo está, pero que poco amamos cuando sólo late el cerebro. El amor sucede, claroestá, pero que torpes los pies de ese amor cuando nunca supimos besarnos sin la boca. Me desenrosco de vos, y el efecto lateral de extrañarte me toca el hombro con los largos dedos de la ausencia.
lunes, 17 de octubre de 2011
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