Reincidentes

jueves, 24 de enero de 2008

Tres largos segundos

¿Cuán puta puede ser la vida?,
grita en silencio la oscuridad.
Los labios quietos
parecen piedras de un puente
que nunca se termina de construir.
Por la pequeña rendija de la boca,
el susurro del viento se cuela,
se mete entre los huesos
y taladra el tímpano del corazón.
Frío, siente frío
al desnudarse en letras
y no sentir el abrigo de la poesía
ni el calor de la mirada.
La angustia se acurruca en el rincón,
se envuelve las rodillas con sus manos,
lentamente se hamaca
y, para que todo desaparezca,
cierra los ojos tres largos segundos…

Uno.

Dos.

Tres.

Los párpados se despegan
y todo sigue igual.
¿Cuán puta puede ser la muerte?


10/12/2007